Antes reservada a académicos y escritores profesionales, hoy en día la literatura está al alcance de todos. Lo único que se necesita son las ganas de transmitir nuestras ideas y pensamientos, puesto que los mecanismos de difusión para nuestros escritos son prácticamente infinitos: blogs, redes sociales y libros electrónicos, entre otros.
Podría parecer que las grandes obras literarias fueron producto de una inspiración extraordinaria e irrepetible. Sin embargo, la historia ha enseñado que los escritores más reconocidos han siempre fijado una rutina de trabajo para producir sus obras. La perseverancia y constancia son las características que les han permitido lograr una técnica y expresividad inconfundibles.
Soportes antiguos y recursos modernos
Para comenzar a escribir no se necesita hacer una gran inversión en materiales o equipos. Si bien existen softwares específicamente destinados a escritores y aficionados, cualquier procesador de texto es apto para plasmar nuestras historias. En cuanto a los ordenadores, un portátil nuevo o incluso un MacBook Pro de segunda mano son suficientes para iniciarse en esta actividad creativa.
También hay quienes aún prefieren la inigualable sensación de escribir sobre el papel. En este caso, tanto los medios tradicionales como los anotadores de papel electrónico son ideales para dejar volar la imaginación cada vez que nos sintamos inspirados.
Han surgido además algunas aplicaciones para móviles pensadas para monitorear la evolución de nuestra rutina de escritura. En ellas es posible hacer un seguimiento de la cantidad de páginas escritas o de las horas trabajadas y fijarse metas de progreso.
Formarse es más fácil que nunca
En la actualidad, internet brinda un acceso fácil y rápido a todo tipo de recursos en línea para mejorar el nivel de nuestra escritura. Talleres literarios, foros de discusión y cursos online son algunos de los medios a través de los cuales podemos poner en práctica nuestras habilidades y mejorar nuestra técnica.
Las comunidades literarias son el ámbito ideal para exponer nuestro trabajo y recibir la crítica constructiva que necesitamos para perfeccionar nuestras obras. Por medio de las redes, es posible llegar a un público de cientos de miles de lectores y conocer al detalle la opinión de cada uno de ellos.